7.14.2010

Novos poemas

Amizade ao longo

Pasan lentos os días
e moitas veces estivemos sós.
Máis logo hai momentos felices
para deixarse ser en amizade.

Mirade:
somos nos.

Un destino conduciu destramente
as horas, e agromou a compañía.
Chegaban noites. Ao amor delas
nós acendiamos palabras,
as palabras que logo abandonamos
para subir a máis:
empezamos a ser os compañeiros
que se coñecen
por enriba da voz ou do sinal.
Agora sí. Poden alzarse
as xentís palabras
-esas que xa non din cousas-,
flotar lixeiramente sobre o aire;
porque estamos enleados
en mundos, sarmentosos
de historia acumulada,
e está a compañía que formamos plena,
frondosa de presenzas.
Detrás de cada un
vela a súa casa, o campo, a distancia.

Mais calade.
Quero dicirvos algo.
Só quero dicirvos que estamos todos xuntos.
As veces, ao falar, algún esquece
o seu brazo sobre o meu,
e eu, malia que estea calado dou as grazas,
porque hai paz nos corpos e en nos.
Quero dicirvos como trouxemos
aquí as nosas vidas, para contalas.
Longamente, uns cos outros
no rincón falamos, tantos meses!
que nos sabemos ben, e na lembranza
o xúbilo é igual á tristeza.
Para nos a dor é tenra.

Ai o tempo! Xa todo se comprende.

Jaime Gil de Biedma


La poesísa es un arma cargada de futuro

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

Gabriel Celaya

1 comentario:

  1. Anónimo15.7.10

    Non coñecía a interpretación aínda que sí o poema. Grazas por presentalo doutra maneira.

    ResponderEliminar